sábado, 1 de octubre de 2011

EL DÍA DE SPRINGFIELD - EL DÍA QUE ROONEY QUISO UNA FINAL

Por todos es sabido que Wayne Rooney es uno de los mejores futbolistas del mundo. Este año recaló en el Springfield, un equipo recién ascendido a la mejor liga del mundo que quería volver a ser grande, convirtiéndose en el fichaje estrella de la temporada. El equipo fichó al jugador como principal argumento para asaltar Europa la próxima temporada. El jugador aceptó la oferta como un nuevo reto en su exitosa carrera profesional.

Hace dos jornadas el Springfield agotó sus oportunidades de conseguir el tercer puesto en la liga, posición que otorga el derecho de disputar la Champions League. Fue en un partido a cara de perro contra el Punkcela, un auténtico recital de futbol y goles por parte de los dos equipos que acabó con 4-3 en el marcador.

En aquel partido Rooney brilló, dando dos magnificas asistencia, aunque con un lunar importante: un penalti errado en los últimos minutos de la primera mitad que pudo resultar vital para el devenir del partido y la liga.

Ayer, otra vez en el Nuevo Adeshora Stadium, se vivió otro gran partido de futbol, de esos que hacen afición. Wayne Rooney se quiso desquitar del penalti que marró  semanas atrás, y lideró de forma magistral a los suyos para clasificarse para la final de la copa Cristian Francés.

El partido comenzó loco. Solo iban tres minutos cuando Podolsky aprovechó un ligero despiste de la defensa para adelantar a los suyos. Poco después fue Pastore quien logró el empate, merced al primer regalo de Rooney. Podolsky no estaba de acuerdo con ese marcador, así que puso un balón para que Agüero, de espectacular remate, volviera a poner por delante al Punkcela. Pero Navas tampoco quería que su equipo fuera por detrás, así que puso a prueba a Benji, que realizó una magnifica parada enviando el balón a córner. El saque de esquina lo puso Navas en la cabeza de Affelay, que apenas tuvo que mover el cuello para poner de nuevo las tablas en el marcador. Solo habían pasado 23 minutos.

El ritmo del partido, frenético hasta el momento, decayó ligeramente. Sabina por un lado y Homer por el otro pusieron cordura y orden a sus respectivos equipos, lo que impidió que el marcador volviera a cambiar antes del descanso.

La segunda mitad comenzó como terminó la primera, orden por parte de los dos equipos. Las ocasiones brillaban por su ausencia. Hasta que Wayne quiso un poco más. Vio la posición aventajada de Navas y le puso el balón en la cabeza, justo donde Benji nada podía hacer.

Con la eliminatoria en contra, Chinato echó el resto. Retiro del campo a Joaquín Sabina, perdiendo un poco de orden, y metió a Messi, ganando velocidad, pegada, sorpresa, calidad, etc. El cambio no tuvo el efecto deseado, y a punto estuvo de costarle el cuarto. Jesús Navas aprovecho un desajuste en la defensa, encaró a Benji y estrelló el balón en el palo.

Fruto de lo que ambos equipos se jugaban, del nerviosismo producto del marcador y de la inoperancia del árbitro, se formó una tangana en el centro del campo. Affelay llega tarde a un balón dividido y comete falta sobre Wilshere. El centrocampista inglés cae lesionado y Podolsky corre a increpar a Affelay. Homer responde en defensa de su compañero, seguido de cerca por Rooney, y en solo unos segundos todos los jugadores de ambos equipos se encontraban en el círculo central discutiendo acaloradamente. Afortunadamente el incidente no pasó a mayores, saldándose únicamente con una amarilla a Affelay por la entrada.

El calentón afectó al Springfield más que a su rival. Homer perdió su sitio en el campo, perdiendo varios balones peligrosos en solo dos minutos. Fruto de uno de esos balones llegó el empate. Podolsky otra vez, canalizando la rabia de la tangana, puso un balón medido para que Wilshere se cobrara su venganza particular.

Ahora le tocó el turno a Pele de mover ficha. Quitó a un desubicado Homer para meter más mordiente arriba. Una auténtica declaración de intenciones: el Springfield quería el partido antes de la prorroga. Pastore, que llevaba mucho tiempo desaparecido, retrocedió hasta el medio campo, ocupándose de la organización del juego, y Babel entró al campo para jugar como media punta. El cambio tuvo efecto inmediato. Una gran jugada de Rooney (quien si no), que puso otro balón medido para que Babel, llegando desde atrás, remachara a la portería.

Con solo diez minutos por delante, el Punkcela se estiró en el campo, creando un par de ocasiones, más fruto del coraje y de individualidades que por elaboración de juego. Pero el empate no llegó.

Lo que sí que llegó fue la puntilla. Otra vez el omnipresente Wayne hizo un roto a la defensa punkcelana, y cuando todo el mundo creía que esta vez sí buscaría su gol particular, le entregó el balón a Navas para que fusilara a Benji y consiguiera su segundo gol de la noche. Y con ese gol llegó el final del partido.

De esa forma el Springfield se clasificó para jugar la final de la copa Cristian Francés. Será la tercera vez que el equipo dispute el título, único entorchado oficial que adorna las vitrinas de las oficinas de club. Ya disputó la final en la primera edición que se celebró el campeonato, cayendo derrotado sorpresivamente por el Málaga por 1-3. Al siguiente año el Springfield volvió a jugar la final. Esta vez sí que entonó el alirón, haciendo valer su papel de favorito (su rival fue el Salamanca, equipo de 2ª división), venciendo por un contundente 3-0.

Esta vez el rival será el Sporting Casados, equipo que está realizando una campaña sensacional. Va segundo en la liga, con seria opciones de hacerse con el título. Venció de manera impecable en la Copa Antonio Alvarez (eliminó al Springfield en semifinales). Además, repite final copera, pues el año pasado cayó frente al Deutschland en una increíble final que tenía ganada hasta el minuto 90. Sin lugar a dudas el equipo querrá resarcirse de aquel duro varapalo y conquistar su primer título copero y el segundo de la temporada (quien sabe si el tercero). Una final digna de la mejor liga del mundo, en la que se espera que brille uno de los mejores jugadores del mundo.

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